EDUCACION SUPERIOR, TECNOLOGIA Y COMUNICACIÓN

Un problema de autonomía?

 

Por: Héctor Balmes Ocampo Villegas

 

La presencia de las Nuevas Tecnologías en nuestros ambientes cotidianos de estudio es cada vez mayor. Hoy en día es frecuente que al profesor se le envíe por correo-e el trabajo o la excusa, que las lecturas estén ubicadas no en un libro de papel ni en la fotocopiadora, sino en un sitio en Internet, que las notas aparezcan en una página Web, y los reclamos, inquietudes y sugerencias deban colocarse en un libro virtual de visitas.

 

Esto sucede hoy en nuestro ambiente de Universidad “presencial”, qué ocurre en los ambientes virtuales? Aunque en nuestro contexto Colombiano no es muy usual, y la educación mediada está apenas en proceso…-y con bastantes tropiezos en la mayoría de los casos-, existen programas internacionales incluso a nivel de doctorado en los cuales la mayor parte y a veces la totalidad de la vida académica se verifica en el “ciberespacio”.

 

La producción escrita en estos casos es abundante y supremamente exigente, las comunidades académicas discuten acaloradamente con mas frecuencia e intensidad incluso que en los medios presenciales, las explicaciones por parte de los “ciber-docentes” son pormenorizadas, escritas con apoyo de gráficas y simulaciones,  y el tiempo para aclarar dudas puede constituir la mayor parte del tiempo de clase.

 

Estos contextos nos han llevado a pensar en un primer momento que ese mundo “tecnificado” es un mundo aparte del real, que esa educación “tecnificada” no es la misma que la que se verifica en las aulas y que la calidad de estos programes es esencialmente dudosa.

 

Pero en un segundo momento, nos damos cuenta que grandes empresas invierten tiempo y dinero en ciber-formación para sus empleados, que la actitud de las personas involucradas en estos procesos es diferente a la que comúnmente conocemos y que los niveles de eficiencia de personas que reciben capacitación mediada nos resulta “peligrosamente competitiva.

 

Cuando damos la vuelta a la moneda, y encontramos estos fenómenos conviviendo hombro a hombro con la comodidad de nuestro quehacer ya clásico, establecido y a veces obsoleto, vamos tomando conciencia que al mismo tiempo que la educación virtual se inspira en los modelos clásicos de educación, la academia presencial debe tomar elementos de la educación mediada que sin lugar a dudas la beneficiarán grandemente.

 

En principio, el repensar nuestras actitudes resulta fundamental.

En la educación mediada, el estudiante desganado, apático, desinteresado, “remolón”, simplemente NO EXISTE. Ya que para solo iniciar un proceso de capacitación mediada, se requiere como precurrente un alto índice de motivación para el aprendizaje.

 

Sea en el ambiente empresarial, o en el institucional a distancia por Internet (con el uso de las TICs) conducente o no a una titulación, el interés por aprobar, la angustia por “pasar”, ceden el paso al interés por aprender, al deseo de superarse, a la búsqueda franca y abierta de mejorar en el conocimiento y en la habilidad, a dejarse guiar y exigir del guía claridad y eficiencia.

 

Y es importante para concluir, que no solo la capacitación en aspectos puramente técnicos puede ser mediada. La  formación humana, la motivación de logro, la orientación de los valores y las actitudes, sí que son susceptibles de ser enriquecidas con la ayuda de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación.

 

La interacción entre estudiantes es otro fenómeno digno de ser analizado. Mientras que en los ambientes académicos tradicionales los estudiantes comparten una interacción social, que ocasionalmente se vuelve académica, cuando las tecnologías hacen presencia, la interacción académica se fortalece. Pensemos no más en la producción de textos escritos que en vez de ser elaborados para un solo destinatario –con frecuencia un profesor supremamente ocupado- se elaboran para una comunidad abierta, que lee y comenta franca y desprevenidamente el texto, le aporta comentarios, correcciones, críticas, y lleva al autor a realmente reelaborar sus trabajos y a hacer propuestas que despierten el interés académico real de un grupo en el que mas que jerarquías existe la cooperación y el propósito de adelantar colectivamente construcción de saber.

 

Sin lugar a dudas, una renovación de este orden le viene muy bien a cualquier comunidad académica. Por qué no a la nuestra?… por qué no ahora mismo?